La osteoporosis cobra importancia clínica debido a que es considerado el principal factor de riesgo de fracturas,1 situación que afecta de forma particular a las mujeres.2
Las fracturas osteoporóticas de cadera, columna vertebral y antebrazos se asocian con limitación de la deambulación, deformidad física, dolor crónico y discapacidad, pérdida de independencia y disminución de la calidad de vida en todo el mundo.1

En esta nota se revisan los aspectos epidemiológicos, los factores de riesgo y el abordaje diagnóstico y terapéutico de este importante problema de salud.
Epidemiología y factores de riesgo
La osteoporosis es una enfermedad esquelética de naturaleza crónica y progresiva, que se caracteriza por una masa ósea baja con deterioro micro arquitectónico del tejido óseo, disminución de la fortaleza ósea, fragilidad del hueso e incremento del riesgo de fractura.2
En México, se estima que una de cada 12 mujeres mayores de 50 años sufrirán una fractura de cadera en lo que les resta de vida. Además, se espera que la cantidad anual de fracturas de cadera aumente de 29 mil 732 casos en 2005 a 155 mil 874 en 2050.2
Las fracturas osteoporóticas de cadera son especialmente devastadoras, ya que contribuyen hasta con el 5% de la mortalidad por todas las causas en hombres y mujeres, y entre el 21% y el 30% muere en el plazo de un año.1

Los principales factores asociados con el riesgo de fracturas óseas en pacientes que presentan osteoporosis incluyen:3
- Género.
- Edad.
- Densidad mineral ósea (DMO).
- Antecedentes de fractura por fragilidad.
- Antecedentes de fractura de cadera en un familiar de primer grado.
- Bajo peso corporal (IMC<20 kg/m2).
Otros factores de riesgo también reconocidos incluyen enfermedades como: hipogonadismo, menopausia precoz, amenorrea prolongada, anorexia nerviosa, malabsorción, artritis reumatoide, diabetes mellitus (especialmente tipo 1), inmovilización y sus tratamientos (glucocorticoides, inhibidores de la aromatasa o agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina).3
Abordaje diagnóstico y terapéutico
En las últimas tres décadas, la osteoporosis ha pasado de ser considerada una consecuencia inevitable del envejecimiento a ser entendida como una importante enfermedad crónica no transmisible, con una definición diagnóstica asociada y métodos eficaces de detección, estratificación del riesgo y tratamiento.4
Consideraciones diagnósticas
De acuerdo con la “Guía de Práctica Clínica para el Diagnóstico y Tratamiento de osteoporosis en la Persona Adulta”, se recomienda iniciar con un interrogatorio a la paciente de 50 años y más para la detección de los factores de riesgo. Esto ayuda a identificar a las personas asintomáticas y sin fracturas previas que necesitan una valoración con FRAX® (HERF) para determinar la necesidad de intervención médica, con objeto de reducir su riesgo de fractura.2
Una vez estimado el riesgo de fractura con FRAX® (HERF), de acuerdo al resultado del mismo y a juicio del médico, se indicará una densitometría ósea (cuyos criterios de clasificación se muestran en la Tabla 1). No obstante, la evidencia científica ha demostrado que los factores de riesgo clínicos son capaces por sí solos de ayudar a determinar el riesgo de osteoporosis y sufrir fracturas.2
Tabla 1. Criterios de clasificación de osteoporosis de la OMS por medio de densitometría ósea.2
DIAGNÓSTICO | CRITERIOS SOBRE DMO (Índice T o T-score) |
Normal | DMO T >-1 DE |
Osteopenia o densidad ósea baja | DMO T >-1 y ->2.49 DE |
Osteoporosis | DMO T >-2.5 DE |
Osteoporosis grave | DMO T >-2,5 DE + fractura |
Índice T (T-score): comparación con un valor de DMO alcanzado en población joven de referencia. DE: desviación estándar. DMO: densidad mineral ósea. |
Si bien el diagnóstico de osteoporosis por la presencia de una fractura por fragilidad es universalmente aceptado, la medición de la densidad mineral ósea (DMO) con absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA) puede diagnosticar con precisión la osteoporosis antes de que se produzca una fractura; sin embargo, la exploración DEXA es costosa y requiere equipo especializado y personal capacitado.1
Opciones terapéuticas
El objetivo principal de la prevención y el tratamiento de la osteoporosis es evitar las fracturas por fragilidad.2 En ese sentido, las directrices para las intervenciones farmacológicas para la osteoporosis son claras y han demostrado ser rentables a nivel poblacional.1
Actualmente existe una gran brecha en la prevención primaria de las fracturas, y los estudios muestran que entre el 80% y el 90% de los adultos no reciben un tratamiento adecuado para la osteoporosis, incluso en el ámbito de la prevención secundaria.5

Dentro de las medidas no farmacológicas se incluyen: una dieta equilibrada, práctica de ejercicio, suplementación con calcio y vitamina D, y la reducción del riesgo de caídas en el hogar. Por otro lado, la terapia hormonal en la menopausia (THM) está indicada para la prevención de osteoporosis en mujeres postmenopáusicas.1,3
En este contexto, la THM debe considerarse como una opción para el mantenimiento de la salud ósea en las mujeres, específicamente como un beneficio adicional en el contexto del tratamiento de los síntomas de la menopausia (cuando se inicia en la menopausia o poco después) y en el contexto de una evaluación personalizada de beneficio-riesgo.4
Con respecto al tratamiento farmacológico de la osteoporosis en mujeres postmenopáusicas, las guías de práctica clínica recomiendan:5
- En mujeres postmenopáusicas con alto riesgo de fracturas: ofrecer un tratamiento inicial con bifosfonatos (alendronato, risedronato, ácido zoledrónico e ibandronato) o denosumab como tratamiento inicial alternativo, para reducir el riesgo de fracturas.
- En mujeres postmenopáusicas con osteoporosis con un riesgo muy alto de fracturas (aquellas con fracturas vertebrales graves o múltiples): iniciar un tratamiento con teriparatida durante hasta dos años para la reducción de fracturas vertebrales y no vertebrales.
- En mujeres postmenopáusicas con osteoporosis con un riesgo muy alto de fracturas (aquellas con osteoporosis severa o fracturas vertebrales múltiples): ofrecer un tratamiento con romosozumab durante hasta un año para la reducción de fracturas vertebrales, de cadera y no vertebrales.
Conclusiones
La osteoporosis debe ser entendida como una importante enfermedad crónica no transmisible que debe ser detectada, estratificada y tratada oportunamente.4
La THM tiene un papel claro en el tratamiento de los síntomas menopáusicos y, para muchas mujeres en esta etapa, su uso en el momento de la menopausia o poco después de ella —antes de los 60 años— puede considerarse como una opción para lograr el beneficio adicional de prevención de osteoporosis y mantenimiento de la salud ósea.4
Referencias
- Yong EL, Logan S. Menopausal osteoporosis: screening, prevention and treatment. Singapore Med J 2021;62(4):159-66.
- Secretaría de Salud. Prevención, diagnóstico y tratamiento de la osteoporosis. Guía de consulta para el médico de primer nivel de atención. [Internet]. [Consultado el 11 de diciembre de 2024]. Disponible en: http://www.cenetec.gob.mx/descargas/CENAPRECE/Osteoporosis.pdf
- Riancho JA, Peris P, González-Macías J, Pérez-Castrillón JL. Clinical practice guidelines for postmenopausal, glucocorticoid-induced and male osteoporosis: 2022 update. Rev Osteoporos Metab Miner 2022;14(1):13-33.
- Rozenberg S, Al-Daghri N, Aubertin-Leheudre M, Brandi ML, Cano A, Collins P, et al. Is there a role for menopausal hormone therapy in the management of postmenopausal osteoporosis? Osteoporos Int 2020;31(12):2271-86.
- Brown JP. Long-term treatment of postmenopausal osteoporosis. Endocrinol Metab (Seoul) 2021;36(3):544-52.