La menopausia natural se caracteriza por la ausencia de menstruación durante un período de doce meses consecutivos, generalmente entre los 49 y 52 años de edad. No obstante, alrededor del 5% de las mujeres experimenta menopausia precoz (entre los 40 y 45 años), mientras que cerca del 1% sufre menopausia prematura (antes de los 40 años), conocida también como insuficiencia ovárica primaria.1
La transición a la menopausia conlleva un aumento significativo en el riesgo de eventos cardiovasculares. Además, las mujeres postmenopáusicas suelen presentar una amplia gama de síntomas, como bochornos, sudoración nocturna, depresión, ansiedad, crisis de pánico, irritabilidad, fatiga, disminución de la libido e insomnio, los cuales se han vinculado a un mayor riesgo cardiovascular.1
En las dos últimas décadas se han realizado avances en el conocimiento de la enfermedad cardiovascular (ECV) en la mujer, lo que ha permitido el desarrollo de guías específicas de género.2
En este artículo se revisarán los cambios hormonales y su asociación con el riesgo cardiovascular durante el climaterio, las recomendaciones para la detección de factores de riesgo de ECV y los beneficios del manejo farmacológico de este tipo de pacientes.
Cambios hormonales y factores de riesgo cardiovascular
La ECV es la principal causa de muerte en el mundo, ocasionando cerca de 15.2 millones de defunciones anuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto es igual tanto en hombres como en mujeres, incluso en algunos países desarrollados mueren más mujeres que hombres por ECV. Sin embargo, existe un gran desconocimiento de esta realidad tanto en la comunidad médica como en la población en general, las mujeres no perciben que su principal problema de salud es la ECV.2
Actualmente, la ECV es la causa número uno de cada 3.2 muertes en mujeres cada año en Estados Unidos y ocasiona aproximadamente una muerte cada 80 segundos.3
Las mujeres, mientras transcurre la premenopausia, están protegidas de las manifestaciones clínicas de la ECV en relación con los hombres, mientras que, después de la menopausia, las complicaciones de la ECV superan a las de los hombres.3
Aunque existe un aumento asociado a la edad en la incidencia de la ECV en las mujeres, al igual que en los hombres, la incidencia de la ECV específica por edad es de dos a seis veces mayor en las mujeres postmenopáusicas que en las premenopáusicas en el rango de edad de <40 a 54 años.3
Los factores de riesgo cardiovascular tradicionales están bien establecidos y son comunes para toda la población. No obstante, aunque hombres y mujeres comparten factores de riesgo similares, algunos son más preponderantes o suponen mayor riesgo en las mujeres.2
En la Tabla 1 se resumen los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, los emergentes (aquellos que muestran un comportamiento diferente en la mujer) y los que son únicos en la mujer.2
Factores de riesgo cardiovascular.2 | ||
Tradicionales | Emergentes | Únicos en la mujer |
Inactividad física o sedentarismo. Tabaquismo. Sobrepeso y obesidad. Hipertensión arterial sistémica. Diabetes mellitus. Dislipidemia. Síndrome metabólico. | Depresión. Estrés. Enfermedades autoinmunes. Tratamiento oncológico. | Edad de inicio de la menarca. Síndrome de ovario poliquístico. Insuficiencia ovárica prematura. Menopausia. Tratamientos hormonales. Complicaciones del embarazo. |
Adaptado de: del Sueldo-Mildren A, et al. Arch Cardiol Méx 2022;92(Suppl 2):1-68. |
Como se puede ver, existe una clara asociación entre el aumento de casos de ECV en mujeres durante el climaterio y los múltiples factores endógenos, patológicos, ambientales y genéticos mencionados.1
En ese sentido, el estudio de Framingham demostró que la menopausia incrementa el riesgo de ECV en las mujeres debido, en parte, a cambios desfavorables en las concentraciones de lipoproteínas (aumento de LDL y triglicéridos, y la disminución de HDL), reduciendo la protección contra la aterosclerosis.4
Manejo del riesgo cardiovascular en el climaterio
De acuerdo con las guías de práctica clínica de la Sociedad Interamericana de Cardiología, la prevención de la ECV es la piedra angular en la salud femenina, no sin olvidar la prevención del cáncer, en particular el de mama.2
La mayoría de los factores de riesgo cardiovascular son prevenibles, con un estilo de vida saludable, que incluye la realización de una actividad física adecuada, evitar el tabaquismo, una alimentación saludable, el monitoreo de las concentraciones séricas de glucosa, colesterol LDL y HDL, triglicéridos, y un manejo adecuado de las cifras de presión arterial, así como de las enfermedades crónicas.1
Como hemos mencionado, en las mujeres postmenopáusicas la ECV es la principal causa de morbilidad y mortalidad. Sin embargo, la terapia hormonal en la menopausia (THM) puede mejorar el perfil de riesgo cardiovascular a través de sus efectos beneficiosos sobre la función vascular, los niveles de lípidos y el metabolismo de la glucosa; también se ha demostrado que reduce la incidencia de nuevos casos de diabetes mellitus.5
Los estudios muestran una evidencia sólida y consistente de los efectos beneficiosos de la THM en la menopausia cuando se inicia en mujeres menores de 60 años o con menos de 10 años de menopausia, lo que brinda una “ventana de oportunidad”. Además, la evidencia muestra que la THM reduce la mortalidad general y las ECV.5
Recomendaciones para la terapia hormonal en la menopausia
De acuerdo con la International Menopause Society (Sociedad Internacional de Menopausia, IMS por sus siglas en inglés), la evidencia sugiere que:5
- Los metaanálisis de ensayos aleatorizados y controlados han demostrado una reducción significativa de la enfermedad coronaria, así como de la mortalidad en mujeres menores de 60 años tratadas con estrógenos.
- No se recomienda iniciar la THM después de los 60 años únicamente como prevención primaria de la enfermedad coronaria.
- Los datos de la terapia oral combinada continua con estrógenos y progestágenos son menos sólidos, pero otros regímenes de terapia combinada parecen ser cardioprotectores, como se muestra en los estudios daneses y finlandeses.
Estas recomendaciones de la IMS sobre la salud de las mujeres en la mediana edad y THM pretenden orientar a los profesionales de la salud en la optimización del tratamiento de las mujeres en la transición a la menopausia y más allá.5
Conclusión
Los proveedores de atención médica y las pacientes pueden usar los datos acumulados para tomar decisiones clínicas sobre la prevención de enfermedades crónicas, incluida la ECV, y la reducción posterior de la mortalidad, teniendo en cuenta que cualquier estrategia de prevención debe ser personalizada.3
Finalmente, siendo la ECV la principal causa de muerte en mujeres, distintos estudio y metaanálisis han mostrado que el uso de la THM reduce significativamente la mortalidad coronaria y por todas las causas, siempre y cuando las mujeres inicien el tratamiento con THM antes de los 60 años y/o dentro de los 10 años posteriores a la menopausia.5
Referencias:
- Bolaños-Chaves BD, Ortega-Muñoz DE. Riesgo cardiovascular asociado a menopausia. Revista Médica Sinergia 2021;6(1):e629.
- del Sueldo-Mildren A, Mendonça-Rivera MA, Sánchez-Zambrano MB, Zilberman J, Múnera-Echeverri AG, Paniagua M, et al. Guía de práctica clínica de la Sociedad Interamericana de Cardiología sobre prevención primaria de enfermedad cardiovascular en la mujer. Arch Cardiol Méx 2022;92(Suppl 2):1-68.
- Hodis HN, Mack WJ. Menopausal hormone replacement therapy and reduction of all-cause mortality and cardiovascular disease: it is about time and timing. Cancer J 2022;28(3):208-23.
- Sanjuán A, Castelo-Branco C. Sistema cardiovascular y menopausia. SEMERGEN 2000;26:133-5.
- Baber RJ, Panay N, Fenton A; IMS Writing Group. 2016 IMS Recommendations on women’s midlife health and menopause hormone therapy. Climacteric 2016;19(2):109-50.